viernes, 1 de enero de 2016

Brazalete y manta

La previa al Dakar es curiosa. Es una mezcla de nervios, preocupación y excitación. Nervios porque después de 3 años, volver supone una presión importante. Preocupación por no dejar detalles al azar (qué ironia, cuando el azar juega tanto en esta história) y excitación porque la adrenalina va subiendo a medida que se acerca el momento.
Ayer dejamos el trabajo listo. Llegué a Buenos Aires el 26, haciendo família y visitando amigos. La actividad dakariana empezó en realidad el 29, cuando con la gente del equipo fuimos a buscar los vehículos al puerto de Campana.
Una vez recuperados los coches, nos dirigimos a Moreno, donde habitualmente Jaton Racing monta la base previa a la carrera. Últimos detalles, comprobaciones y pruebas al coche. Todo perfecto. Parece que todo está a punto.

Llega el primer dia de reencuentro con otros participantes. El último dia del año lo dedicamos a pasar las verificaciones. Se trata de realizar toda la burocrácia de documentación de piloto y   copiloto, y de la aceptación del vehículo como apto a competir. Dedicas practicamente un dia entero, y sería pesadito si no fuera por que te encuentras con viejos compañeros de aventura que hace tiempo que no ves. Charlas entre trámite y trámite para ponerte al dia de los detalles de cada proyecto. Y al final, cuando todo esta OK, llega el momento del brazalete, un acto casi "simbolico" que se da cuando la organización te coloca una acreditación en la muñeca que te habilita para ser parte de este Dakar. El color del brazalete determina la tipología de participante, si eres piloto, asisténcia, prensa, etc... El brazalete de pilotos es violeta este año, y el mio luce ya en mi muñeca.

Ahora si, un primero de Enero de 2016 de espera, porque mañana empieza de nuevo para mí, el rally más duro del mundo!

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